Cambiar,
¿por qué?, ¿es que pienso mal?, ¿acaso mis ideas, mis creencias, no son
correctas? ¿Qué es pensar bien, o pensar mal? ¿Ser muy razonable, o no serlo?,
¿lógico o disparatado?, …o quizás pensar en lo positivo y no en lo negativo?;
¿será actuar a la ligera, o darle muchas vueltas a la cabeza?
Bien,
sé que debo centrar de qué va este artículo porque, si no, no vais a seguir
leyendo ni la siguiente línea.
Ante
todo quiero dejar bien claro que no voy a tratar de vuestras ideas o creencias,
ni políticas, ni sociales, ni religiosas, ni morales. A lo que me voy a referir
es a nuestra “forma de pensar”, a cómo pensamos en lo que nos sucede, en lo que
nos preocupa, en lo que deseamos. Voy a referirme, en definitiva a si nuestra
forma de pensar nos posibilita ser cada día un poco más felices o, por el
contrario, nos acerca, o nos hunde un poco más en el estrés, el malestar, la
infelicidad.
Además, precisemos que quiero hablar sólo de
cuestiones anímicas, emocionales, vivenciales, y no me muevo en el plano
profesional, técnico, material de los negocios, ni tan siquiera en los
estratégicos, políticos o sociales. Hoy quiero hablar exclusivamente de
nosotros mismos, de nuestro bienestar o malestar, y ello, dentro de la
perspectiva de enfoque de este Blog. En definitiva: quiero charlar hoy de si
hemos de seguir pensando, o no, tal como lo venimos haciendo hasta ahora, o,
con otras palabras, si es hora de poner punto final a una manera de pensar y
emprendemos una nueva etapa pensando de otra manera.
Y
todo el planteamiento que voy a hacer se basa en los siguientes principios:
1º)
El ser humano es una integración de cuerpo y
mente, alma y espíritu, inseparables, indisociables
2º)
Tal como pensemos sentiremos, tal como
sintamos actuaremos, y viceversa: tal como actuemos así nos sentiremos, tal y
como nos sintamos así pensaremos.
(Estos principios están desarrollados a lo largo del Curso “Cómo Ser y Vivir Feliz”)
Una
vez establecidos los principios de los que parto, el siguiente paso que
debiéramos dar es respondernos a la siguiente pregunta: ¿En base a qué, o con
qué criterios calificaríamos de buena o mala nuestra forma de pensar?. La
respuesta que yo doy es la siguiente: Una forma buena de pensar es aquella que
nos lleva a un estado de ánimo en que nos sentimos mejor; y una forma mala de
pensar es aquella que nos lleva a una situación de malestar o no felicidad. Y
queda claro que no califico de buena aquella que resuelve mis problemas y mala
aquella que no encuentra solución a los mismos. La solución o no de un
determinado problema dependerá de muchos factores, pero el sentirnos bien o mal
depende exclusivamente de nosotros mismos y principalmente, de nuestra forma de
pensar.
Bien,
es probable que en estos momentos de la lectura algunas y algunos ya estéis
dispuestos a darme la razón con eso tan popular de que “no hay que pensar en
las cosas malas, solo en las buenas”, o
“hay que pensar siempre en positivo, nunca en negativo”. OK. Pues si creéis que con eso estamos de acuerdo
vosotros y yo, no os voy a llevar la contraria. Nunca negaré que llevar a la
práctica esos principios de actuación puede llevarnos a sentirnos mejor, sin
duda. Pero yo quiero hablaros de cómo pensar bien, sanamente, aunque no hagamos
siempre eso, sino que pensemos en las cosas buenas y en las cosas malas….¡¡¡que
nos suceden….que hacemos, o no hacemos, ….que pensamos!!!!. Sí, en todas esas cosas podemos y hasta
debemos pensar; ….lo importante es cómo pensamos en ellas.
Y
ahora os traigo dos puntos de apoyo más en este caminar hacia una nueva forma
de pensar.
1º)
Las personas, genéticamente, por evolución de
supervivencia, y culturalmente en nuestro entorno occidental capitalista, por
razones de competitividad, pensamos mucho más en lo negativo que en lo
positivo, y siempre le damos más valor, peso, a lo malo que a lo bueno
2º)
La realidad absoluta no existe. Solo existe
la realidad falsa, virtual, creada por cada uno de nosotros, en cada momento de
nuestra existencia. “Nuestra realidad” es el fruto de nuestra forma de
percibir, pensar y sentir
Nuestra
forma genética y cultural de pensar y sentir nos está produciendo
constantemente el refuerzo de aspectos negativos: nuestro cerebro trabaja
muchas más horas con pensamientos negativos que con positivos. Hemos asumido
que aprendemos mucho más del dolor, del castigo, de las desgracias, de las
dificultades, que hemos llegado a crear esta realidad falsa de que todo es así
y en ese entorno debemos movernos y crecer; …¡¡¡y no es así!!!. ¿Cómo convencernos de ello?, ¿cómo podemos
llegar a pensar, a sentir, a vivir una realidad propia más positiva? Muy
sencillo, haciendo que nuestro cerebro genere conexiones neurológicas
positivas, tenemos que ejercitarnos en ello, porque nuestro cerebro está
preparado para esta regeneración, todo depende de nosotros. ¿Y cómo hacerlo?
Os
voy a explicar mi método, que denomino
“ENDIRENEPO-COPSIFI” (¡¡toma ya!!), es decir: “Entrenamiento Diario de Regeneración
Neurológica Positiva por Consciencia Psicofísica”
Sí,
que sí, que podéis permitiros estar un rato con la boca abierta o
desternillándoos de risa con la denominación que he dado al método, pero ya
veréis que es literalmente tal cual.
¿En qué consiste?
En
algo tan sencillo como que os aprendáis la nomenclatura que he dado al método.
¡¿Qué?!, que consiste en aprendernos eso!!?. Aprender no es memorizar
externamente para responder una pregunta de concurso, aprender es “aprehender conocimientos, consciencias,
vivencias”, es integrar en nuestra forma de ser lo que ese conocimiento supone;
y ciertamente el primer paso fundamental de mi método es que entendáis el
concepto y lo integréis en vosotros.
Lo
primero de todo, hablo de “entrenamiento diario”, y esto es
fundamental: no os voy a dar una pastilla para quitaros el dolor de cabeza,
tenéis que ser cada uno de vosotros el que esté decidido a cambiar su forma de
pensar a base de un pequeño esfuerzo diario. He dicho anteriormente que
genética y cultualmente nuestro cerebro está “orientado” hacia percibir y
valorar más lo negativo que lo positivo; pero es absolutamente reconducible
esta situación, y es posible con un simple ejercicio diario, pero constante.
Este camino es lo que constituiría la “Regeneración
positiva neurológica” que incluyo en la nomenclatura del método
Pero
tan importante de comprender y asumir como esta primera parte es la segunda de
la nomenclatura: “por Consciencia Psicofísica”.
Teniendo presente el gran segundo principio que enumeré al comienzo de este
artículo, una persona solo podrá sentirse sana, feliz, cuando sea consciente de
su integración cuerpo-mente-espíritu. Este método no se centrará exclusivamente
en “pensar” en cosas positivas, sino en
“vivir sensaciones positivas”
Así
que si estáis convencidos y dispuestos a realizar el proceso “ENDIRENEPO-COPSIFI” vamos a ello
I.- He dicho
anteriormente que no voy a ir por la vía del pensamiento exclusivo de cosas
buenas y eliminación de las malas. Parto de admitir la existencia de ambas en
nuestro día a día. Pero os voy a pedir, o a exigir, que me concedáis dos
premisas previas de actuación:
1.ª Hay cosas que suceden en el exterior, y
hay cosas que se quedan en nuestro pensamiento. Hay cosas que nos han acaecido,
hay cosas que nosotros hemos hecho, o hemos dejado de hacer.
Es
importante
que seamos conscientes de qué cosas son externas a nosotros y cuáles son
generadas por nosotros. A veces tenemos una gran facilidad para “echar las
culpas” de lo que nos pasa a los demás, o al destino (“es que lo que me pasa a
mí no le pasa a nadie”, … “mira que tengo mala suerte, eh”), y otras son
incapaces de asumir su paternidad en las cosas buenas que le suceden: “sí,
saqué un sobresaliente, pero por pura chiripa, tenía que haber estudiado más”…
2.ª
Si
nuestro cerebro está acostumbrado a percibir más fácilmente lo malo, o
negativo, vamos a ayudarle aportándole cosas buenas o positivas
II.- Todo
entrenamiento requiere tiempo y constancia; por tanto, el método que os voy a
exponer no es una aspirina para el dolor de cabeza, me la tomo y tema
solucionado; es un trabajo tan serio como para nosotros sea serio sentirnos
felices.
Por
ello, vamos a hacer el entrenamiento al menos durante dos meses. Todos los días
si puede ser; y lo es imprescindible al menos durante la primera semana de
forma constante. Y a partir de la tercera semana no lo abandonéis más de tres
días si queréis realmente sentir el cambio en vosotros
III.-
Finalmente, “las pastillas” de mi método son los placeres naturales que estén a
vuestro alrededor como la brisa del mar, una nube de color, un aroma
embriagador, un sonido grato; o algo que os haya sucedido, hayáis pensado, o
hayáis hecho (o no hecho) y que os haya producido satisfacción.
Preparad
la siguiente plantilla, bien para cumplimentarla en papel, o bien en PC,
tablet, smart, etc…
SEMANA
: PRIMERA….: DEL __ - __ -__ AL __ - __ - __
|
|||||
Cuestión
Negativa
|
Cuestiones positivas
|
||||
1
|
2
|
3
|
|||
Lunes
|
|||||
Martes
|
|||||
Miércoles
|
|||||
Jueves
|
|||||
Viernes
|
IV.- Durante la primera
semana, lo que tenéis que hacer, sin falta, es lo siguiente:
1-
El primer día escribís algo que os haya
sucedido en el día que os haya producido malestar, del grado que queráis. Una
sola cosa. Y respecto a esa cosa negativa vais a hacer dos cosas:
a)
Ver si tiene alguna relación con alguna de
las “distorsiones mentales” a las que os guía este enlace
b)
Daros cuenta que a pesar de su existencia
podéis pasar a hacer la segunda parte del ejercicio
2-
Y, la segunda parte consiste en enumerar dos situaciones,
o pensamientos, que os hayan producido bienestar en el día. De esas dos
cuestiones elegís la que queráis y hacéis lo siguiente:
a)
Rememorarla y notar de nuevo la sensación de
bienestar que os produjo
b)
Integrar esa sensación en una mayor dimensión
dentro de vosotros.
Os
pongo un ejemplo: Hace unos días tenía que desplazarme de San
Juan a Alicante, a hacer unas gestiones. A menudo, antes, usaba el coche para
ese viaje de ida y vuelta, más rápido y más cómodo, …aunque gaste gasolina,
contamine, y tenga que pagar el parking; así que me lo pensé y decidí utilizar
el autobús, para lo que me llevé un libro para aprovechar el tiempo del
trayecto.
Al
repasar por la noche las sensaciones buenas del día me vino a la mente lo a
gusto que había estado leyendo, y me sentí muy bien por la decisión tomada.
(esto sería el enunciado original de la situación positiva; y ahora viene el
añadido (b) del ejercicio). Pero no me quedé recordando sin más esa decisión,
sino que recreé las satisfacciones del contenido de la lectura, y también la
paz y relax que tenía sentado en el bus, sin las sensaciones de calor,
aburrimiento, o llenazo de otras veces. Es decir, de una única situación,
reviví una serie más de sensaciones positivas y gratificantes que había tenido
en el día.
3-
El segundo día haremos exactamente lo mismo:
una negativa, dos positivas
4-
Y el tercero, cuarto y quinto escribiremos una
negativa y tres positivas; eligiendo una
de las tres para hacer el mismo trabajo. También con la negativa repetiremos
los pasos a) y b) señalados anteriormente
5-
El sexto día, repasáis todo lo que habéis
escrito y volvéis a reforzar las sensaciones de bienestar
6-
El séptimo día, os dejáis ir, no hacéis nada
concreto, pero vivenciais y sentís todo lo que escribisteis durante la semana.
V.-
Durante la segunda semana el proceso avanza un poco hacia el automatismo, hacia
el empezar a que vuestro cerebro trabaje por sí mismo sin la ayuda material de
vuestra escritura. Así, repetiréis el esquema visto en la primera semana,
siempre con la proporción una negativa tres positivas, y cada día haréis lo
siguiente:
1-
El lunes haréis el ejercicio de forma escrita
2-
El martes lo haréis sólo mentalmente, no
escribiréis nada, pero sí trataréis de hacerlo de forma completa y esforzándoos
sobretodo en la consciencia en todo momento de vuestros pensamientos y
sensaciones
3-
El miércoles lo dedicáis exclusivamente a
“repasar” los logros que creéis que vais logrando, o los procesos que
consideráis no habéis realizado del todo correctamente
4-
El jueves volvéis a escribir para hacer el
trabajo
5-
El viernes lo hacéis de nuevo mentalmente
6-
El sábado nuevamente repaso de vuestros
progresos y dificultades
7-
El domingo ¡¡¡disfrutáis!!!, sin más
VI.-
Llegamos a la tercera semana, que es clave
El
proceso tiene dos variaciones significativas:
1.- Dejamos de escribir
cualquier experiencia o pensamiento negativo, preocupación, o malestar
cualquiera. Ya hemos admitido desde el primer momento que los aspectos y
situaciones negativas existen y hay que admitirlos; pero ahora estamos haciendo
un plan de entrenamiento, sin más; y vamos a entrenar nuestras vivencias y
sensaciones positivas sin dedicar un tiempo a recordar los aspectos y
situaciones negativas. Ya lo hemos trabajado a lo largo de las dos primeras semanas
2.- Por lo que respecta a los pensamientos,
hechos, o situaciones positivas gratificantes, nos vamos a limitar a una sola
al día, pero para la que elijamos tenemos que describir nuestras sensaciones de
bienestar en tres campos:
o
Anímico
o
Físico
o
Espiritual
Veamos un ejemplo.
Sigamos con la experiencia del autobús y el libro comentada anteriormente. Una posible
forma de trabajar este punto sería:
o
Bienestar anímico: me sentí muy bien por
haber tomado la decisión, por la elección del libro, y por haber decidido,
también, coger el bus en la primera parada, con lo que me aseguraba poderme
sentar en un sitio tranquilo y cómodo
o
Bienestar físico: además así me di un buen
paseo, que es algo que tengo que hacer sin falta cada día; y, además, cuando
llegué de nuevo a San Juan, me pude dar una vueltecita al sol hasta casa
disfrutando a tope del día que hacía.
o
Bienestar espiritual (del espíritu, no
religioso): Disfruté muchísimo con el contenido del capítulo que leí. Era un
tema que me resultó muy interesante y que sentí que había aprendido y
consolidado ideas.
Esto es lo que hay
que hacer todos los días de la semana
Pero además, a partir
del miércoles, debemos hacer el esfuerzo adicional de volver a recordar, y
sentir, las sensaciones de bienestar que tuvimos en nuestro cuerpo. Así, como
ejemplo, en base al anterior, podría recordar el efecto del sol sobre mi piel, mi
cara, mi cuello, mi espalda; la comodidad y relajación de la vista, los pies y
los hombros no teniendo que preocuparme de conducir; o la energía de mis
piernas durante el paseo hacia el bus
VII.-
Finalmente, llegamos a la cuarta semana del primer mes, del mes de aprendizaje
del método
Durante
esta semana el proceso debe ir haciéndose de forma natural y continua; es
decir: no tenéis que centraros en escribir nada al final del día, sino ir
aprendiendo a hacer ese proceso de pensamiento sentimiento vivencia positiva de
forma continuada con cualquiera de las cosas satisfactorias que os vayan
sucediendo a lo largo del día
Así, poco a poco, si seguís esa gimnasia durante un mes más,
veréis cómo al cabo del mismo vuestra forma de pensar ha cambiado y os
sentís mucho mejor
Indudablemente
esto no es más que una teoría (experimentada por supuesto) expuesta a lo largo de siete páginas de escritura. El aprendizaje
requiere trabajar sobre las dudas que os puedan surgir. Yo estoy a vuestra
disposición para ayudaros en lo que esté a mi alcance; pero una cosa si os quiero
decir: creed en el método, da resultados, sin duda alguna, y el único precio
que tenéis que pagar es vuestro deseo, y vuestro convencimiento; y el premio:
¡¡vivir más felices!!
Ah,
una cosa más: la mejor vitamina para pensar sanamente es la aireación, la
oxigenación de nuestro cerebro; y para eso basta con tan solo cinco minutos de
estiramientos hacia arriba (o saltos), con el aire puro de la mañana. Si nos
acostumbramos a que sea éste nuestro primer acto de cada día, ya veréis cómo lo
positivo se va implantando en vuestra forma de pensar. (Ver libro “Gimnasia
Vitalizante” del Dr. E. Carreras Serra)
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